Me besaste
Y tu lengua se abrió en mi boca
Pájaro de alas planas
Ensanchando mi tristeza y espanto
En mi laberinto
Yacían expectantes
Espinas con hedor de traición
Allí
Hundiste tu dolor
Carnoso y palpitante
Te hincaste
Hasta vaciar el espejo
Que yacía en el fondo
De esta tierra baldía.
Me consumí desnuda
En el festín de lágrimas
Me aferré a tu cintura
Implorante
Tu ingle
Hambrienta de sangre
Depositó en mí
El eterno veneno
De tu oscuridad infatigable
Desfallecí en
Tu tórrido pecho,
Íntima flagelación
Debiste enviarme a dormir
Entre los dientes de la muerte
debiste…