
Voy a tocarte allí
Donde eres todo sentido
Mi mano…
La que escribe
Es la misma que te masturba
Tu mano…
Esa que también traza
Se hundirá ahí
Donde soy toda culpa
El acto de escribir
Implica un poder divino
Y tú y yo somos dos escritores
Que se aparean
Nosotros
Tuteamos a la noche con naturalidad
Letra propia y ajena
Revuelta
Que nos calienta los rincones
Ejércitos de abismos
Ahuecándonos el vientre
Somos la sal de la tierra
Vía subterránea
Sabor fundido en los colmillos
Cuando nuestros cuerpos
Quedan entrecruzados
En medio
Sostenida
Yace la eternidad.
Una última súplica…
Apenas brote el orgasmo
No olvides estamparme tu firma.