Hago de mis labios un paréntesis
Cúpula de calor húmedo
Pausa larga que se desliza
Empañando tu cumbre
Despacio, suave…
Como la bruma
Lo apreso en mi boca
Como una Matrioshka
Y mi lengua
Juega con él
Cual niña rusa
Me pierdo en tu bosque
Beso tu roble
Desde la raíz a la punta
Ah para hallarme
Con tu ciruela enrojecida
Que me regala su néctar
Tímidas gotitas
Endulzándome el aliento
oh Monstruo de Cobalto
Trazo oscuro febril
Quiero sentirte llorar
Envuelto en mi niebla
Que manera de cerrar los textos, Samantha...
ResponderEliminarRecuerda las faenas de Domingos que los abuelos iba al Nuevo Circo a ver los Toros; y que relatan con la pasión del que ha vivido y en la memoria aún es joven. Esas tardes de tierra y sangre en las que el mejor se llevaba los vítores y aplausos, más: la admiración del público mientras mejor fuese el remate, la estocada final.
Con el Toro inerte ene el suelo, pues, te aplaudo y te silbo emocionado.
También por los abuelos, y sus noches perdidas en la memoria. Las noches en las que eran presa del llanto en la niebla...
Provoca comentar Sam, ciertamente, pero entre tanto talento se averguenzan mis palabras...
ResponderEliminarLa felación desde lo sublime... Excelente traducción al Castellano del poderoso e intenso significado de la mirada cómplice que se establece entre los involucrados en el acto!
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