viernes, 28 de mayo de 2010

Entrega ancestral

Resuenan tambores de tribus primeras
Y te ofrezco un nido de caricias salvajes
Gemido sempiterno
Caverna de miel

Resuenan tambores de tribus primeras
Se te engruesan las venas derribadas
Temblor que desata locura
Distendida piel en la raíz intranquila

Resuenan tambores de tribus primeras
Centro selvático
Que huella mi piel
Tierra fértil
Que añora ser preñada

Resuenan tambores de tribus primeras
Mi gruta se hace campana
Donde redobla tu ser

Resuenan tambores de tribus primeras
Las piernas abro complacida
Introduzco ambas manos en mi centro
Y sin tristeza alguna
El útero me desgarro

Resuenan tambores de tribus primeras
Y del cúmulo fértil
Desprendo los ovarios
Con ojos de amor
Y Manos extendidas
Haciendo reverencia te los regalo

Huevecitos de cariño
…para ti

Resuenan tambores de tribus primeras
Concurrida la raza
Presurosa va al encuentro
Mis entrañas colgantes
Llevas ahora en tus manos
Y cual si fueran de cristal
Con ternura las besas

Resuenan tambores de tribus primeras
Espero ansiosa la medida
Volteas a verme como el que ve una diosa
Y engulles el plato por mi ofrecido
Devoras mi índole
Sin escatimar

Resuenan tambores…resuenan
Y entre tus brazos mi piel acaricias
Sabiendo de mi vientre cuna
Nido cerrado
Fecundidad.

1 comentario:

  1. Son versos que, en principio, ciertamente me remontan a un ser primigenio, originario. Un ser sin ser, acaso. Un ser en el que se pierden, por vacuas, las alegorías y las hiperboles. Un ser animal, hecho de puro instinto, de pura natura que corre roja por las venas.

    Fabuloso.

    No sé, acaso hay silencios condenados a la embriaguez de rumores primigenios, de cuando el alma de las cosas yacía aún sin bautismo, sin nombre ni condena.

    Te adoro.

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