
Por hechizo
Caigo sumisa
Ante la voz enfurecida de mi hombre
Dominada
Me vuelvo muñequita de trapo
Cabello de estambre
Ojos que miran vacíos
Vestidito de tul
Pantaletica descocida…
Arrancada y olvidada de inocencia.
Me separa las piernas
Sé que no debo moverme
Mete sus dedos entre mis telas
Y de un tirón me raja su satisfacción
Salen de mi frontera
Rasgada
Tersos hilitos blancos de felpa
Que con arrebato empuja.
Mis botoncitos amenazan con desprenderse
Y la sonrisa
Como línea cóncava
más que dibujo
Es entrega.
Amorosteeee... me encantaron tus dos blogs!!! Cómo extrañaba leer de nuevo la poesía que fluye a través de tus dedos.. Y más cuando sabes que soy fan de tus versos eróticos, llenos de un insaciable desenfreno que se apodera cuando los leo.. FELICITACIONES!!!
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